Brotes

23 de octubre de 2011

¿¿¿ ... ???

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿El qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué coño te pasa?

Tengo la cabeza llena de interrogantes, un buen burruño de preguntas que no quiero tener que deshacer. Por una vez sólo quiero la respuesta.
El agua clara no, cristalina.
Las cosas como son.
Los sentimientos así.
Y a la razón me agarro para escribir estas líneas mientras entretengo otro rato al tiempo.


Esperando.


Desesperando.

21 de octubre de 2011

Insisto


Insisto. Y sigo alucinando al conocer a jóvenes veintegenarios que hablan como si fuesen de verdad octogenarios. Como si ya lo hubieran aprendido todo de la vida y estuviesen interpretando su papel, el que ellos se han preparado para poder seguir sus “irrompibles”* esquemas.

Y no entiendo qué se espera de una vida en la que no hay tecla de borrar, en la que no se tocan los esquemas, que son así y punto. Porque lo que saben les parece suficiente y no quieren más. ¿Cómo se cuenta la experiencia? ¿Cuándo es bastante conocimiento?

Rehacer de nuevo los esquemas es un coñazo, como reconstruir un castillo de naipes que se derrumbó justo cuando ibas a poner la última carta. Pero su castillo es de Lego, mucho más firme pero imposible de levantar si no es con Lego. En cambio el de naipes, hecho de triángulos será una estructura sólida con cualquier material.

¿Pero cómo son felices? ¿Se habrán parado a pensar en lo monótono que parece –o es- su día a día, en el que ya no se acostarán cada noche sabiendo algo nuevo? ¿De qué manera se consiguen taponar los oídos del entendimiento y callar los gritos de la curiosidad? ¿Cómo será el tropezón? ¿Cómo de doloroso el aterrizaje? Pero te levantarás para ver cómo se te tronchó una llave de ese esquema, tan irrompible, que no colocaste con suficiente atención porque ya dabas por hecho que era perfecto.

Desde luego la vida –como decía un viejo amigo- es la más cruel de las maestras.

Yo no pretendo aburrirme de las sorpresas, ni acostumbrarme a las caídas y sus aterrizajes. Espero seguir conociendo gente, ideas, datos, principios, y a veces hasta todo junto, en esta tómbola de la feria que es el mundo. Un mundo dónde faltan muchas cosas, pero nunca el circo.
Pero sobre todo no soportaría cansarme de las infinitas preguntas de mi Curiosidad, que es el combustible necesario para llegar al siguiente eslabón.








P.D. Sí, digo insisto porque no es la primera vez que hablo sobre esto. Sí la primera que lo escribo, pero si escribiera tanto como hablo acabaría con el Amazonas en un mes.






*Irrompibles, entre comillas porque no creo que su firmeza se base en la estabilidad de los esquemas, si no en el ciego convencimiento de que son así y punto. Sin vuelta de hoja. ¡Por el amor de dios! Siempre hay una hoja a la vuelta, o se abre una ventana, o se salta al vacío sin mirar si hay agua. Pero el punto y final aquí sólo se admite tras la última respuesta.

13 de octubre de 2011

¿Qué es la muerte?


Para mí la vida es como una larga, laboriosa y cara investigación que busca resolver el gran interrogante que ronda sobre las cabezas de todos los mortales (de los inmortales aún no he recibido noticias, pero gracias por la “colaboración”).

Creo que la vida se podría comparar con una cadena de preguntas que respondemos y cuyas respuestas nos llevan a otra pregunta más compleja, eslabones y eslabones de todos los tamaños, formas y colores, que nos conducirán al inevitable fin. Al final de la investigación ya sólo queda atravesar la última barrera del entendimiento humano, la muerte, esa gran desconocida. ¿Qué esconde detrás?

Se acabó. Fin. The End. Quizás esta sea la única respuesta que veremos rotulada cuando obtengamos la última respuesta. O quizás se nos ofrezca esa vida inmortal que muchos imaginan pero muy pocos creen (sólo espero que sea mejor que esto, por que si no tardaremos poco en conocer al próximo inmortal suicida, ángel caído… sí, vale, esto pierde credibilidad, pero total, ya la tengo en números rojos), y que yo tampoco me creo. Cuestión de improbabilidad. O de ilógica. O de ese recoveco de materia gris que me dice que la vida después de la muerte es un invento, un ahorra-explicaciones, una respuesta fácil a una temible pregunta, un escudo contra el miedo a lo desconocido.

Por eso es tan importante disfrutar de la búsqueda, sus misterios y sus recovecos, explorarla a fondo y seguir todas las pistas, no dejar ningún cabo suelto. Ser feliz y siempre un poco ignorante, que el conocimiento absoluto es imposible de abarcar en una corta vida humana. Somos tan insignificantes que hasta nos cuesta creerlo.

Muchos la buscan al amparo de la Santa Ignorancia, que usa su poder para crear una ilusión de felicidad y les impide ver la cruda realidad. Otros se dedican a gritar, patalear, forcejear, tironear o cualquier cosa para llamar la atención de los ignorantes, tratando de abrirles los ojos inútilmente. Mientras tanto el mundo se llena de mierda.

Ante la falta de todo, me quedo con el presente. Independiente del mundo, que está loco y no se entiende ni él, Anti-Todo como los Eskorbuto.

Disfrutando del suave vaivén del fluir del presente al presente siguiente.
Desperezándome a cada paso, sólo por el placer de notar cada vez más lejos las rejas de la cómoda, limpia y dorada jaula de la ignorancia.
Perseguir todos los horizontes, buscar todas las respuestas, hacer y deshacer, abrir y cerrar millones de puertas. Atravesarlas para volver a caer en un mar de interrogantes. Navegar a la deriva, sin un destino pero con miles de caminos.

Tener ganas.






P.D. Manda cojones, que intentando responder a qué es la muerte sólo haya sido capaz de alabar la vida. Aunque, ¿existiría la Muerte si no hubiera vivos preocupándose por ella?

Un inciso.

Para algunos, la vida sólo es el tiempo de ventaja que la muerte les deja antes de atraparles. Yo, más humilde soy, sólo quiero saber que estoy viva sin pensar en el fin, esquivando a cada instante el futuro con el poder del presente.

(Parece que imito al Robe, que me afecta como si fuera un alcaloide psicoactivo.)





*¿Un inciso? ¿Interrumpo algo? Como mucho, me interrumpo a mí misma. Si lo pienso, aquí todo son incisos porque nada viene a cuento.

3 de octubre de 2011

PLAN PARA DOMINAR EL MUNDO

Sí, sí, no les engañan sus ojos. Hemos ideado el plan perfecto para dominar el mundo. Perfecto, único y que requiere de una habilidad especial que tiene poca gente: la Verborrea (aún se discute sobre si es un Don o una Maldición.)

¿Y cómo nos ha dado por dominar el mundo? La verdad, es que si seguimos con estos niveles de absurdez quizás nos otorguen el Récord Guiness del Absurdo.

En algún momento he recordado lo bien que entreteníamos al tiempo ideando imposibles planes de dominación mundial, sólo para poder rellenar la casilla en el Test Friki y obtener más puntuación.
Y en algún punto ha hecho contacto la ocurrencia con la situación del momento y el estado de Verborrea Aguda que sufría el Duendecillo del Pelo Rosa y demás pobladores del ecosistema.
Cómo colofón (del colocón) han aparecido el Señor Absurdo y su mujer, Doña Carcajada a ocuparse de la motivación, diciéndonos cosas de mal gusto como que "no hay cojones" o "se os acabarán las cosas que decir antes de conseguirlo".
Ahí dieron en el blanco. El Duendecillo se sintió muy ofendido de que se dudara de su palabrería, bien entrenada y experta en el arte del enrrevesamiento. A mí me resbalaron las palabras (que es otro superpoder utilísimo, yo lo llamo "oídos ultradeslizantes ante ataques verbales") sobre todo porque sabía que era difícil que se nos acabaran las chorradas, ni mucho menos las palabras.

Entonces, el plan es muy sencillo, la primera fase es preparatoria -y la que preveo más larga y complicada- tenemos que buscar, y encontrar a unas cuantas Perlas (personas increíbles) dispuestas a ayudarnos. No será fácil encontrarlas que cumplan estos requisitos:

Una buen soldado del Absurdo o protectora de la Carcajada deberán:
-Ser Verborreicxs incurables. Y sobre todo, incallables.
-Ser absurdos hasta el extremo de llegar a tocar la Cordura por el otro lado.
-Creer en el PLAN ante todas las cosas, no puede existir ni un asomo de duda sobre que llegue a buen puerto.
-Estar dispuestos a morir por la causa. Por que si no, ¿qué coño haces aquí? ¡Búscate tu propia manera de perder el tiempo!
-Ser absurdos. Cualidad inherente a cualquier persona, duende o cosa que cumpla todos los requisitos anteriores.


La segunda parte del plan la pondremos en marcha cuando dispongamos de efectivos suficientes para atacar la primera ciudad.
El método es sencillo a la par que elegante: desparramaremos toda nuestra fuerza Verborreica Extremadamente Absurda (VEA) y llenaremos las cabezas de todo ser viviente de cosas estúpidas, trivialidades (el Trivial se convertirá en deporte nacional) y pensamientos surrealistas.
La idea, la clave del éxito está en alejar a los habitantes de la ciudad atacada de la realidad, de lo cotidiano y dejar que el libre albedrío de cada uno se imagine una vida a su gusto.

Ya me imagino la publicidad, carteles de colores ácidos y chillones (como nosotrxs) con grandes letras negras, prometedoras: DISEÑE SU NUEVA VIDA, AL GUSTO. COMPLETAMENTE GRATIS, LA PRIMERA DOSIS EXTRA DE IMAGINACIÓN LA REGALAMOS.

La tercera, última, y no por ello menos importante, es un mero trámite en el que el Ejército de la Imaginación (nosotras, sí, joder, las de la verborrea) cede el poder y el Gobierno del Mundo los únicos que no caerán en el error humano de querer el poder para sí mismos: el Señor Absurdo y Doña Carcajada se ocuparán de que todos los habitantes del planeta sean felices, y lo suficientemente absurdos como para aceptar el cambio sin chistar.

Y colorín, colorado, este Plan ya está planeado.





P.D. El Sol, en cuanto se entere se va a poner contentísimo. Siempre está diciendo que se aburre de que sea todo igual, y seguro que acaba convenciendo al Sr. Absurdo y Doña Carcajada para que destierren para siempre a la Rutina y el Aburrimiento (inseparables) a que aburran a la Luna.