¿Nadie se ha parado nunca a pensarlo?
Menudo mirón que está hecho el Sol. Es lo único que hace, mirar. Pero qué bien nos mira, todo el mundo quiere ser mirado por el Sol.
Y el pobre Sol está aburrido de ver siempre lo mismo. Gente saliendo de sus casas, entrando en sus trabajos, comiendo, haciendo las compras... se aburre, y de vez en cuando, se escapa.
(Dicen las malas lenguas que no se escapa, que se va en busca de la Luna cuando junta suficiente rebeldía para ir en contra de las leyes que separan el día de la noche.)
Cuando está unos días perdido es porque está mirando algo con gusto, algún brote verde que ha sabido ver entre la maleza de la rutina.
Por eso, cuando me levanto por la mañana y está nublado juego a imaginarme qué estará mirando el Sol, porque cualquier cosa que te imagines seguro que podría ser mirada por él.
Y cuándo hace Sol... cuándo hace Sol es porque me mira a mí, que me voy en bici al campo a aprender a conducir porque hace un día estupendo.
Al fin y al cabo a mí lo que me gusta es sentirme mirada.
Saber que sólo soy una deliciosa anomalía de la rutina.
Matiz lingüístico: no es lo mismo mirar que ver.El Sol, cómo todos nosotros, ve a todo el mundo, lo que el llama la maleza de la rutina. Pero sólo mira a sus brotes.
