Brotes

14 de mayo de 2011

Un relato. Varios autores.

El juego es muy sencillo, cada uno escribe lo que le venga en gana y lo tapa (doblando el papel), dejando ver las últimas palabras. El siguiente tiene que continuar la historia a partir de las palabras que quedan visibles.
He aquí un ejemplo, recién salido del horno.


Érase una vez una pandilla de locos, locos equilibrados que se dedicaban a molestar; y mientras todo el dia gritan sin cesar el alcalde no se para de drogar y disfruta del calimotxo que roba a los inocentes borrachos. Y quiere ganar las elecciones pasao, pasadísimo de rosca, con vuestros votos me limpio el culo y con vuestros impuestos me compro coches, corbatas y drogas, muchas drogas. Desvirgaré a vuestras hijas y sodomizaré a vuestros hijos.


Me cago en dios puto rebaño, qué ingenuos y cómodos esperáis a que el vecino os arregle el problema. Ja ja ja. Ingenuos. Ja, pues para los problemas únicamente te puedo decir que el cacho de chicha mas chachi del chocho es el clítoris, porque me ha molao, y en un concierto de hardcore me han dicho que soy un costra, que no lucho por la causa y que la higiene no está reñida con el Punk. Pues para todos ellos les digo que me chupen un huevo, con salsa de tomate y azúcar en la punta del Everest porque me meto las rayas del revés y aquí estamos todos sin birras llenos de estrés y jugando al asesino, pueblo duerme, fumando y con velocidad, felices y contentos.




Elia, Ketama, Carmen, Cristian, Moreno, Risketo y Vanessa.
(Los espléndidos autores, superpuestos los unos a los otros de tal manera que sin el relato original es imposible distinguir quién ha escrito qué.)

10 de mayo de 2011

¿Eres un títere?

Lo único que quiero saber
es el por qué, no el cómo.
Pero ni tú sabes responder
ni yo te preguntaré.

Parece mentira que no lo sepas;
La fórmula de la libertad
siempre fue la misma pregunta:
¿Por qué?

¿Por qué hago esto?

Y saber hacértela a ti mismo.

Pruébalo. Y ten en cuenta que aquel que no sabe responder no es más que un títere del destino, condenado a vagar sin rumbo por los laberintos de la vida sin saber por qué eligió este pasillo y no el de al lado.

8 de mayo de 2011

Degeneración de conceptos.

Es curioso cómo una palabra que representa una ideología puede cambiar de significado. Esto les suele pasar a las palabras en el transcurso de su vida, con el pasar de las épocas y de las bocas, de las orejas.

Todo esto venía a la tergiversación del término “antitodo”.

Ahora lo escucho y me hace pensar en las camisetas de los antifascistas. Pienso en el rechazo y odio ante cualquier cosa que no sea acorde con lo que piensan los portadores de esas camisetas. En todos ellos ciegos ante el sin fin de puntos de vista y planteamientos que se pueden tomar de una misma idea o concepto.

Hace poco descubrí (¡leyendo!) que la palabreja nació en los 80, en las bocas de un singular trío de Bilbao. Eskorbuto se autodenominaron ANTITODO en una entrevista, sin saber que estaban acuñando un término que marcaría un movimiento.

Pero ellos se referían a una actitud frente a lo cotidiano, una forma distinta de ver y asumir el día a día. La suya.
El vivir a lo suyo, sin casarse con nadie, sin que nadie pudiera nunca tener derecho a decirles qué, cómo, cuándo ni dónde. Un buen ejemplo de esto es el hecho de que nunca quisieron firmar con ninguna discográfica por más de un disco. Grababan y buscaban discográfica cada vez que sacaban un disco. Para el primer elepé se bajaron a Madrid en tren y Josu no tenía pasta para el billete, hizo todo el camino metido en el angosto hueco que quedaba debajo de los asientos.
En aquel viaje compusieron “Enterrado vivo”.

Eso es Punk. Lo de ahora, sólo negocio.

Eso es antitodo, el antitodo de Eskorbuto. Lo de ahora, sólo odio.