Brotes

8 de mayo de 2011

Degeneración de conceptos.

Es curioso cómo una palabra que representa una ideología puede cambiar de significado. Esto les suele pasar a las palabras en el transcurso de su vida, con el pasar de las épocas y de las bocas, de las orejas.

Todo esto venía a la tergiversación del término “antitodo”.

Ahora lo escucho y me hace pensar en las camisetas de los antifascistas. Pienso en el rechazo y odio ante cualquier cosa que no sea acorde con lo que piensan los portadores de esas camisetas. En todos ellos ciegos ante el sin fin de puntos de vista y planteamientos que se pueden tomar de una misma idea o concepto.

Hace poco descubrí (¡leyendo!) que la palabreja nació en los 80, en las bocas de un singular trío de Bilbao. Eskorbuto se autodenominaron ANTITODO en una entrevista, sin saber que estaban acuñando un término que marcaría un movimiento.

Pero ellos se referían a una actitud frente a lo cotidiano, una forma distinta de ver y asumir el día a día. La suya.
El vivir a lo suyo, sin casarse con nadie, sin que nadie pudiera nunca tener derecho a decirles qué, cómo, cuándo ni dónde. Un buen ejemplo de esto es el hecho de que nunca quisieron firmar con ninguna discográfica por más de un disco. Grababan y buscaban discográfica cada vez que sacaban un disco. Para el primer elepé se bajaron a Madrid en tren y Josu no tenía pasta para el billete, hizo todo el camino metido en el angosto hueco que quedaba debajo de los asientos.
En aquel viaje compusieron “Enterrado vivo”.

Eso es Punk. Lo de ahora, sólo negocio.

Eso es antitodo, el antitodo de Eskorbuto. Lo de ahora, sólo odio.

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